Al ser un deporte sin contacto, en natación no se producen prácticamente accidentes. Por lo tanto, las lesiones son debidas a cargas de entrenamiento y a las diferentes técnicas que generan diversas demandas biomecánicas.

Estrés en el hombro: se produce cuando no se sigue la técnica correcta. Esta provoca tendenitis en el manguito de los rotadores, bursitis subacromial y tendenitis bicipital. Estas lesiones se manifestarán como molestias difusas en el hombro irradiando a la cara externa y a la cara interior del brazo.

Rodillas: por su trabajo, se puede sufrir de tendenitis en el tendón rotuliano y en el caso de los bracistas, se pueden afectar los meniscos. La clínica que manifestarán estos nadadores es dolor en la rodilla al hacer fuerza o en los volteos.

Espalda: se suele decir que la natación es buena para la espalda. Sin embargo, la braza y la mariposa exigen una posición de hiper-tensión de la columna lumbar, pudiendo generar lesiones musculares y osteo-articulares.

Prevención: consiste en desarrollar una buena técnica de nado, dado que una mala técnica altera la biomecánica articular, generando lesiones. Asimismo, el fortalecimiento de la musculatura abdominal beneficiará el estrés que supone la hipertensión del tronco en la braza y la mariposa.

Seguir al pie de la letra las instrucciones del monitor es la forma más segura de prevenir este tipo de molestias causadas por movimientos bruscos o vicios contrarios a la técnica recomendada por los especialistas.
2008